Aprender a sentir nuestras emociones y escuchar nuestra sensación interior es fundamental para nuestra salud mental y emocional. Muchas veces, ignoramos nuestras emociones o las reprimimos, lo que puede generar problemas de ansiedad, estrés, depresión y otros trastornos emocionales.
Es importante comprender que nuestras emociones son mensajes que nos envía nuestro cuerpo, una señal de que algo no está bien y que necesitamos hacer algo al respecto. Cuando reprimimos nuestras emociones, es como si ignoráramos estos mensajes y nos impidiéramos a nosotros mismos tomar medidas para solucionar los problemas que puedan estar causando.
Además, las emociones no resueltas de nuestra infancia pueden seguir viviendo en nuestro subconsciente y afectar nuestra vida actual. Es por eso que es fundamental prestar atención a nuestros sentimientos y emociones y aprender a manejarlos de manera saludable.
Amar y escuchar a nuestro niño interno es clave para liberarnos de patrones y lazos que no nos pertenecen. Cuando somos conscientes de nuestras emociones y las aceptamos, estamos siendo amables con nosotros mismos y abrimos la puerta a una sanación emocional profunda.
En ocasiones, la vida adulta nos lleva a olvidar a ese niño interior, a relegarlo a un segundo plano ya ignorar sus necesidades. Sin embargo, es precisamente esa parte infantil la que tiene la llave para sanar nuestras heridas y liberarnos de patrones que nos limitan.
Cuando nos conectamos con nuestro niño interior, estamos abriendo una puerta hacia nuestra verdadera esencia, hacia quienes realmente somos. A través de la escucha activa, podemos entender las emociones y necesidades que subyacen en nuestro interior y comenzar a sanar las heridas que nos han hecho daño en el pasado.
Al amar y cuidar de nuestro niño interior, estamos aprendiendo a amarnos y cuidarnos a nosotros mismos. Estamos aprendiendo a reconocer nuestras verdaderas necesidades y a darles el espacio y la importancia que merecen. Estamos aprendiendo a liberarnos de patrones que no nos pertenecen y que nos impiden ser felices y plenos.
Es importante recordar que amar y escuchar a nuestro niño interior no es una tarea fácil. Requiere tiempo, paciencia y dedicación, pero los resultados son verdaderamente transformadores. Si estás dispuesto a adentrarte en esta aventura interior, te invito a abrirte a la experiencia, a permitirte sentir y a descubrir todo lo que tu niño interior tiene para enseñarte.
A través de la práctica de Focusing podemos atender a nuestro niño interno de una manera consciente y amorosa. Focusing es una técnica terapéutica que se basa en la idea de que todas las personas poseen una sabiduría interior que les permite encontrar soluciones a sus problemas.
En Focusing, se aprende a prestar atención a las sensaciones físicas que se presentan en el cuerpo al pensar en un tema en particular. A través de esta atención podemos enfocar, identificar y explorar los sentimientos y pensamientos que están presentes en nuestro interior, incluyendo aquellos relacionados con nuestro niño interno.
En lugar de intentar evitar o reprimir emociones incómodas, Focusing nos invita a acogerlas escucharlas con atención y compasión. De esta manera, se puede establecer una relación más amorosa con nuestro niño interno y comenzar a sanar las heridas que se encuentran en nuestro interior.
Focusing nos permite conectarnos con nuestras emociones y necesidades más profundas, incluyendo aquellas que están relacionadas con nuestro niño interno. Al practicar Focusing periódico, podemos desarrollar la habilidad de prestar atención a nuestras sensaciones internas y de responder a ellas de una manera más auténtica y saludable.
En resumen, la práctica de Focusing puede ser una herramienta muy útil para atender a nuestro niño interno y aprender a amarnos y cuidarnos a nosotros mismos de una manera más profunda y significativa.