El niño interior es un concepto que se refiere a la parte de nosotros que almacena las vivencias y recuerdos de todas las experiencias que hemos tenido en nuestra vida. Desde nuestra infancia hasta la edad adulta, nuestro niño interior ha estado presente, y las experiencias que hemos tenido han dejado una huella en él.
Desafortunadamente, muchas de estas experiencias son traumáticas y pueden activarse en situaciones comunes de nuestra vida actual. Esto puede provocar reacciones emocionales tóxicas y dolorosas, de las cuales, a menudo no sabemos cómo manejar. Esto se debe a que tenemos un niño interior herido que no ha sido escuchado ni atendido.
El niño interior es la parte de nosotros que es vulnerable, emocional y necesita ser cuidada. Es la parte de nosotros que puede sentirse insegura, asustada o triste. Cuando no atendemos a nuestro niño interior, puede manifestarse en nuestra vida actual como depresión, ansiedad, miedo, enojo o incluso enfermedades físicas. También puede afectar nuestra capacidad para establecer relaciones saludables y tener éxito en nuestras vidas.
Es importante reconocer la importancia de nuestro niño interior y trabajar en su sanación. Esto implica prestar atención a las necesidades emocionales de nuestro niño interior, darle amor, aceptación y apoyo incondicionales. La sanación de nuestro niño interior puede ser un proceso largo y difícil, pero es esencial para nuestra salud emocional y bienestar en general.
Una forma de comenzar a sanar a nuestro niño interior es a través de la práctica de la atención plena o Mindfulness. La atención plena nos ayuda a estar en el momento presente y observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos. Esto nos permite conectarnos con nuestro niño interior y prestar atención a sus necesidades emocionales.
Recuerda, nuestro niño interior es una parte importante de nosotros que necesita ser atendida y cuidada. La sanación de nuestro niño interior puede ser un proceso largo y difícil, pero es esencial para nuestra salud emocional y bienestar en general. Al trabajar en la sanación de nuestro niño interior, podemos liberar emociones tóxicas y dolorosas, y aprender a vivir una vida más plena y satisfactoria