
En el último viaje a casa de mi madre, encontré muchas respuestas a comportamientos, patrones y creencias que llevaba de serie, y aún estaban en proceso de cura. He de decir que cada vez que viajo a mi pueblo es como pasar el examen obligatorio de “sanación emocional”.
Entre en la que era mi habitación, abrí un baúl lleno de fotos revueltas, y allí estaba yo, con unos 10 años, posando tímida ante una cámara que me miraba sin saber la herida profunda que ya estaba en medio de mi alma. Mirando a esa niña tímida, sentí el miedo, la soledad y la falta de amor que tanto necesitaba. Pasé un rato mirando algunas fotos de mi niñez, algo me llamó poderosamente la atención. Todas las fotos, en la de todas las edades, las de 4 años, 5,6,7… 10 años.. Etc, en todas la misma mirada triste y profunda. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, dejando ese vacío helador de un alma profundamente herida. Es ahí donde se encontraba la raíz de todos los traumas, en esa mirada repetida durante años. Una mirada invisible para mi entorno.
La mayoría de nuestros traumas provienen de una infancia con algún tipo de carencia, uno de las heridas más comunes es el miedo al abandono, desarrollando la maldita dependencia emocional. Yo he sido una persona dependiente emocional a gran escala, casi podría decir de nivel experto.
Viendo esas miradas en las fotos de mi niñez, veo que he sido dependiente desde que tengo uso de razón, claro está, que con los años se fue incrementando hasta volverse peligrosa. Vivir sin autoestima, es como vivir fuera de tu cuerpo, te conviertes en un sirviente social.
Una de las cosas que ahora recuerdo y que doy gracias por haberme dado cuenta, es como el miedo se apoderaba de mí cuando veía peligrar la relación de pareja en la que estaba, era tal el miedo, que creía morir, era tan real sentir la muerte que mi cuerpo quedaba paralizado, mi respiración se aceleraba provocando en muchas ocasiones ataques de ansiedad con visitas a urgencias incluidas.
Mi valor como persona era menos (-100), no vivía en mí, me consideraba incluso lo peor que puede llegar a ser el ser humano. Y todo esto, porque no fui una niña amada, porque mi padre me abandonó, porque crecí sin valor emocional y sin amor.
Ahora lo observo con otra mirada, y veo que no es justo el sufrimiento desmedido por algo que no provoque. No me gustaría que nadie pasará por lo que he pasado a lo largo de mi vida, pero comprendo que eso es inevitable, se puede pasar, pero con herramientas y trabajo personal no es necesario tanto dolor.
Doy gracias porque si uno quiere puede salir de ahí, puede recuperar su vida, puede construir una autoestima sana.
Si estás en una relación donde tú no eres tu prioridad, donde existen muchos enfados, culpas, celos, y todo ello provoca en ti ansiedad y malestar, date cuenta de que no es una relación sana. La dependencia emocional es un estado que te anula como persona, produciendo mucho sufrimiento en tu vida.
Llevo muchos años trabajando con mi niña interior, con mis miedos, traumas y autoestima, he necesitado ayuda en algunos momentos cruciales, también me estoy formando en crecimiento personal para aumentar y entender todo eso que nos provoca el no tener una infancia amorosa, para poder crear unos cimientos fuertes en cualquier momento de nuestra vida, en el momento presente.
